Hay veces que el destino se cruza en tu camino para hacerte cambiar de planes y que termines en un lugar que nunca hubieras imaginado. Eso es lo que a nosotros nos ocurrió hace unas semanas cuando nos marchamos a pasar un fin de semana a Extremadura. En principio las fechas eran otras, pero determinadas circunstancias nos obligaron a modificar el momento de la escapada, de modo que terminamos teniendo que viajando en las mismas fechas que media Andalucía salía de puente por ser la fiesta de su comunidad.
Cuando quisimos reservar alojamiento estaba todo ocupado tanto en Trujillo como en Cáceres, y lo quedaba libre o no nos gustaba o tenía precios desorbitados. Así que busca que busca terminamos encontrando la Casa Rural El Tenado, a 11 kilómetros de la ciudad natal de Pizarro. En vista de la falta de opciones y viendo que el hotel tenía buena pinta y críticas más que correctas, hicimos la reserva para el último fin de semana de febrero, tres noches para dos parejas. La suerte estaba echada, fue algo hecho a la desesperada y que resultó mucho mejor de lo que imaginábamos.
Salimos de Madrid a última hora de una tarde oscura y lluviosa, tardamos poco más de dos horas en llegar a La Aldea del Obispo, localidad en la que se encontraba El Tenado. No había nadie por las calles, ninguna luz en las ventanas, parecía casi un pueblo fantasma. Fue como “¿pero dónde hemos venido?”. Encontramos la casa gracias al navegador, aparcamos en la puerta y fuimos corriendo a la entrada de la casa, pues habíamos avisado un rato antes a Marisol, la dueña, para que fuera a recibirnos.
Al entrar se nos iluminó la cara, estábamos en un casa preciosa, no parecía que algo decorado con tanto mimo pudiera ser un hotel. Olía a velas de vainilla, todo estaba lleno de luces que creaban un ambiente realmente acogedor, era como estar en casa pero lejos de ella.
Bajamos nuestro equipaje y Marisol nos dijo que ese fin de semana El Tenado iba a ser para nosotros, de las seis habitaciones disponibles, solamente las nuestras estaban ocupadas, así que podíamos elegir. Nos fue llevando por todas los cuartos, nos enseñó la cocina, los dos salones (uno de ellos con TV y reproductor de DVD) y los seis dormitorios, cada uno su baño y todos con edredones de plumas que auguraban una cálida noche. Nos decidimos por las habitaciones Cigüeña y la Golondrina, y es que en esta casa las aves son el leitmotiv.
Una vez subidas las maletas a las habitaciones, la dueña de El Tenado nos explicó como llegar a Trujillo, a Cáceres o Mérida, todo de fácil acceso, y nos dio mapas e información de cada de uno de esos lugares. También nos preguntó la hora a la queríamos desayunar, pues por las mañanas ella acude cada día a preparar el desayuno y poner la mesa para los huéspedes. Además nos indicó que todo estaba a nuestra disposición, desde la biblioteca a los salones, la cocina o cualquier cosa que necesitáramos de la nevera. Infusiones, café, zumos, dulces, fruta… Todo lo que se desayunaba estaba allí por si nos apetecía tomar algo mientras charlábamos o antes de ir a la cama.
Sin duda fue un acierto elegir esta casa como alojamiento, estuvimos realmente cómodos y era muy agradable llegar por la noche al hotel y poder disponer de él como si de nuestra casa se tratara. Durante los desayunos Marisol nos contaba cosas de los muchos extranjeros que suelen tener como huéspedes, y es que su marido, Javier, es un experto en Birdwatching y fotografía de aves, por lo que su casa rural se ha convertido en un reclamo en esa zona extremeña para todos los aficionados en ver y fotografiar aves. Por eso las habitaciones tienen esos nombres y en cualquier rincón uno encuentra un cuadro o una figura de un pájaro.
Todo fue estupendo en la casa, pero incluso en algo tan bueno tenía que haber un pero. Cierto que ese fin de semana hizo un frío como nunca, los mismos cacereños lo decían, pero para ser sincera tengo que decir que en la casa se notaba frío casi siempre, los radiadores estaban encendidos toda la noche, pero una casa tan grande, vacía y con cuatro habitaciones cerradas no parecía posible que llegara a entrar en calor nunca con la temperatura que reinaba en el exterior.
Teníamos que recurrir siempre a las mantas extra o encender también los radiadores eléctricos. Pero sin duda eso es algo que se puede solucionar y que lo normal debe ser que en la casa se esté en la gloria, tan solo hace falta que llegue a estar un par de grados más caliente.
Para nosotros fue una buena elección que nos permitió disfrutar de Trujillo, Cáceres y de los impresionantes monumentos romanos que ver en Mérida.
SOBRE CASA RURAL EL TENADO
C/ Hernan Cortes Nº 10
10291 La Aldea del Obispo (Trujillo, Cáceres)
Teléfono de contacto : Marisol: 679475 956 – Javier: 679 475 95
8 comentarios
Me encantan estos alojamientos. Muchas veces leemos comentarios y opiniones de un alojamiento y nos hacemos una idea, que la mayoría de las veces es equivocada. A mi me ha gustado, aunque lo del frío me echa para atrás. Saludos
Bueno Belén, la verdad es que fue algo puntual, lo del frío, ya te digo que ese fin de semana tuvimos unas temperaturas más bajas de lo normal. Además ¡¡¡siempre puedes ir en primavera!!
Se ve bastante encantador este lugar! lo tendre en cuenta para cuando me acerque por alla. Y que suerte tuviste de poder escoger habitacion 😀 me encantan esos lugares donde todas las habitaciones estan decoradas de manera diferente.
Ahora solamente te toca buscar fecha para visitar esta parte de España, que la tienes muy cerca y seguro que no has estado nunca. Un abrazo
Yo soy muy de alojamientos rurales porque voy mucho de monte, y además la gente suele ser mucho más atenta la de los hoteles de ciudad. Asi que tomo nota de este porque la verdad es que me ha gustado mucho, eso si, procuraré ir en verano 😉
Un saludo
Carmen
Si finalmente vas, ya me dirás lo bien que te tratan y lo agradable que es la casa. Un saludo
Hola Cris,
Qué bonita la casa rural el Tenado…Y que bueno que un plan cambiado tuviese un final aún mejor del esperado, aunque fuese con frío 🙂
Me iría ya mismo porque además es una zona que no conocemos. Su cercanía con la ciudad natal de Pizarro ya le da puntos por que sería una visita obligada. Me ha encantado viendo las fotos y que las habitaciones tengan nombres de pájaros, últimamente me ha dado por escucharlos e intentar identificarlos, otro motivo para tener tu recomendación en cuenta si viajamos a Extremadura.
Un abrazo guapa.
Nosotros nos hemos planteado alguna vez regresar a este alojamiento para pasar allí unos días y sumarnos a los grupos cuyo objetivo es salir en busca de las aves de la zona. Debe ser espectacular. 🙂