Dormir en Vientiane, la capital de Laos

Nuestra primera sorpresa al empezar a buscar hoteles para dormir en Vientiane y en el resto de Laos fueron sus precios. Todos más elevados que los de otros países de la zona. No es que todo lo que encontrábamos fueran hoteles caros, pero para las tarifas que se barajan en Camboya, Tailandia o incluso Malasia, la verdad es que en Laos están por encima de la media, comparando siempre el mismo tipo de establecimientos.

El hotel que elegimos para dormir en Vientiane era un pequeño hotel boutique muy bien ubicado, pero sencillo. No es que nos costará un ojo de la cara, pero tras pagar 60 € por noche por dormir en un hotel de lujo en Siem Riep, tener que desembolsar 50 € por un lugar como el Bloom Boutique Hotel & Café me pareció demasiado.

Es cierto que podría haber elegido algo más barato. Pero entonces hubiera tenido que sacrificar algunas cosas y tampoco estaba dispuesta a ello. De modo que después de esta introducción sobre los precios de los hoteles para dormir en Vientiane, os voy a contar que zonas de la ciudad elegir para alojaros y como fue el hotel en el que nosotros dormimos.

Dónde dormir en Vientiane

Vientiane, la capital de Laos, es una ciudad pequeña, relajada, limpia y muy agradable. Es el lugar perfecto para desayunar en alguna panadería en la que huele a pan recién hecho, pasar el día recorriendo la ciudad de templo en templo y terminar la jornada viendo la puesta de sol frente al Mekong.

La ciudad es tan pequeña que casi cualquier lugar podría ser una zona perfecta para dormir en Vientiane. Pero mejor si acotamos un poco e intentamos encontramos un lugar que además de ajustarse a nuestro presupuesto esté bien ubicado, una de las cosas que buscamos casi todos los viajeros.

Para mi, tras haber conocido la ciudad, el mejor lugar para dormir en Vientiane sería las calles que van desde la estatua de Fa Ngum (si llegáis a la ciudad desde el aeropuerto la veréis) hasta el Sikaset Temple, uno de los lugares que ver en Vientiane. Y desde el Mekong hasta Khun Bu Lom Road. En ese espacio encontraréis alojamientos que van desde pequeños hoteles boutique a hostels u hoteles de lujo.

Además, en ese barrio encontraréis tiendas de comida, de alquiler de bicicletas o motos e infinidad de cafeterías y restaurantes. Por si fuera poco, estaréis cerca del Mekong, del mercado nocturno y de los locales de comida que montan sus parrillas de pescado en el paseo cerca del río.

Dormir en Vientiane: Bloom Boutique Hotel & Café

Fue precisamente en esa zona de Vientiane en la que se encontraba nuestro hotel. Me decanté por él por tener más encanto que otros muchos de la zona, baño en la habitación, buenos comentarios de otros clientes europeos (tengo comprobado que el nivel de exigencia de los asiáticos es muy diferente al nuestro) y sobre todo por su ubicación. Ya os decía que para estar en Laos me pareció un poco caro, pero lo cierto es que aparte de eso, todo (o casi todo) fue perfecto en el hotel.

La primera impresión, al llegar ya de noche a Vientiane, nos desconcertó un poco. La entrada del hotel estaba es lo que parecía un callejón sin salida, sin asfaltar y con una iluminación un tanto escasa. Antes de dejar que el taxista que nos llevó desde el aeropuerto (7 $) se marchara, comprobamos que realmente aquel era el sitio que teníamos reservado. Y sí, lo era.

La entrada al hotel está en un primer piso, y las escaleras empiezan a pie de calle. No hay ascensor por lo que toca subir maletas o mochilas haciendo uso de la fuerza. Una vez dentro del Bloom Boutique Hotel la cosa cambió por completo. La recepción, aunque no era muy grande, estaba decorada con mucho estilo. Sofás, consolas, estores de bambú. Enseguida me gustó ese ambiente europeo con toques asiáticos.

Habitaciones

Tras hacer el check in pusimos rumbo a la habitación. Estaba en el segundo piso, de modo que tuvimos que cargar un poco más con las maletas. Una vez en ella encontramos una amplia habitación perfecta para las dos noches que íbamos a pasar en ella.

La decoración no hacía del todo justicia a las fotos que había visto. La parte de la cama, con su lámparas vintage y algunos adornos tenía bastante encanto. El resto sin embargo resultaba un poco anodino. Excepto el baño, con azulejos y sanitarios retro muy acordes con la zona del dormitorio.

La habitación tenía una zona de estar con un sofá que se hacía cama, perfecta si se viaja con niños. El aire acondicionado refrescaba el ambiente y no faltaba en el equipamiento de la habitación ni TV, hervidor de agua y servicio de café o caja fuerte. Sin embargo, y a pesar de sobrar espacio, no había armario. Tan solo un perchero en la pared. Algo que me recordó un hotel en el que nos alojamos en Gyeongju, en Corea del Sur.

El baño estaba separado de la  habitación por una pared de hierro y cristal. Pero tranquilos, había un cortina que cubría por completo esa pared para darle intimidad.

Desayuno

El desayuno estaba incluido en el precio de nuestra habitación. Se hacía en el café justo debajo de este hotel para dormir en Vientiane. Un precioso espacio decorado con muchas plantas, papel pintado, muebles vintage, mesas de mármol y maletas antiguas repartidas por el salón.

Podías también desayunar en las mesas del exterior, pero la verdad es que se estaba mucho mejor dentro. El desayuno se elegía en una carta en la que ofrecían distintas opciones, desde un desayuno estilo asiático al típico continental. Yo no tomó café, pero os aseguro que su aroma envolvía el ambiente del local. Y Arturo decía que estaba realmente bueno.

En este café también se puede desayunar o acudir en cualquier momento del día a tomar un zumo o un buen té. Si os apetece tomar nota para vuestro paso por la ciudad, deciros que el precio del desayuno en cualquier de sus opciones es de 45.000 kip.

Lo mejor del hotel

• La limpieza, ni un pero a ese respecto.
• El personal es muy amable y nos ayudaron con todas las preguntas que les planteamos.
• La comodidad de la cama y los suelos de madera de la habitación.
• Me gustó que en el baño tanto el gel como el champú estuvieran en dosificadores de cerámica, nada de tantas amenities de plástico.
• Bien el aislamiento lumínico de la habitación, el acústico no tanto, aunque en una ciudad tranquila como Vientiane parece difícil que alguna vez haya mucho ruido.
• La ubicación me pareció perfecta. Cerca de bares, restaurantes y cafés para comer en Vientiane. También de negocios de alquiler de bicicletas y motos. Y a un corto paseo del Mekong y del Mercado Nocturno.

Lo peor del hotel

• Aunque para nosotros no fuera una gran molestia, el que el Bloom Boutique Hotel no tenga ascensor puede ser una pega para algunos huéspedes.
• La falta de armario en la habitación.
• Las vistas desde nuestras ventanas. Daban a un lugar indeterminado en el que todo lo que podíamos ver eran tejados de chapa. Y creo que esas no eran de las peores, algunas habitaciones tienen ventanas que dan al edificio de al lado que está a un par de metros. No es que me pase el día mirando por la ventana en los hoteles, pero una vista bonita siempre gusta, ¿o no?
• Los precios de los transportes a otros lugares como Vang Vieng eran más caros que en otros lugares. Pero eso tampoco es problema: nosotros comparamos y elegimos lo que más nos convenía.

A la vista de todo esto, la verdad es que si alguien me pregunta si recomiendo o no este hotel para dormir en Vientiane diría que sí. Creo que pesan más los pros que los contras. Su ubicación y la comodidad de las habitaciones hacen que sea un buen lugar en el que alojarse en la capital de Laos.

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