Qué ver en la Sierra de Aracena: 4 pueblos inolvidables

Hasta el norte de la provincia de Huelva llegan las estribaciones occidentales de Sierra Morena. Esta parte de la provincia andaluza destaca por sus pueblos blancos, sus dehesas y el cerdo ibérico, ese cuyo jamón es objeto de deseo en todo el mundo. Llegar hasta allí no es tarea sencilla pues Huelva parece estar lejos de todo lo que no sea Andalucia y Extremadura. Aún así, merece la pena poner rumbo a esa tierra porque hay mucho que ver en la Sierra de Aracena, un lugar perfecto para perderse entre pueblos blancos, disfrutar de paseos por la montaña y saborear deliciosa gastronomía.

Qué ver en la Sierra de Aracena

Nosotros hemos podido disfrutar de tres días recorriendo este rincón andaluz. Nuestro objetivo principal era conocer Aracena y sus muchos atractivos. Por suerte tuvimos tiempo para visitar algún lugar más la zona. Sabemos que ésto es solo una pequeña parte de lo mucho que hay que ver en la Sierra de Aracena. Pero como aperitivo no está mal. Porque os aseguro que nos hemos quedado con ganas de más.

Y es que el carácter afable de la gente de la zona, el clima suave que invita a ponerse una chaqueta las noches de verano y la tranquilidad de lugar invitan a pasar allí más de un día perdido entre encinas y alcornoques o paseando por calles empedradas.

Aracena y la Gruta de las Maravillas

El pueblo que da nombre a la sierra de la que hablamos es uno de los más conocidos de la zona. También el más grande. Y aunque puede que no sea el más bonito, os aseguro que estar en el dos o tres días sabe a poco. En Aracena se puede pasar el día pedaleando por las dehesas que rodean la localidad. No hace falta llevar bicicleta, allí se pueden alquilar modernas bicis eléctricas por 35 € al día en eBike Aracena. Ellos mismo proponen rutas que pasan por muchos de los lugares que ver en Aracena, ya sean aldeas, caminos utilizados por lo mineros o miradores.

Recorrer el pueblo a pie es sencillo a pesar de las muchas cuestas que hay alrededor del castillo. Solo hay que llevar un zapato cómodo y ganas de andar para pasear en busca del Convento de Santa Clara, el Casino de Arias Montano o el Museo del Jamón de Aracena. Por supuesto no hay que olvidarse de su castillo, construido por los portugueses, y junto al que se encuentra Iglesia Prioral de la Virgen del Mayor Dolor. Además, las vistas de Aracena desde lo alto, sobre todo al atardecer, son dignas de ver.

No podemos dejar de hablar del mayor tesoro de este pueblo y uno de esos lugares que ver en la Sierra de Aracena. Se trata de la Gruta de las Maravillas, un lugar fascinante escondido bajo la montaña sobre la que está el castillo de Aracena. Hacer una visita guiada por estas cuevas es descubrir un lugar mágico en el que las estalactitas se reflejan en lagos cristalinos bajo cuyas aguas también se distinguen singulares formaciones calcáreas.

Si os animáis a dormir en Aracena, daros el lujo de hacerlo en uno hotel como mucha historia que ocupa un edificio que fue convento de monjas dominicas y más tarde fábrica de cerámica. Es el Hotel Convento de Aracena, un lugar perfecto para tener como base y salir en busca de todo lo que hay que ver en la Sierra de Aracena.

Linares de la Sierra y sus alfombras de piedra

A tan solo 8 kilómetros de Aracena se encuentra este pequeño pueblo de apenas 300 habitantes. Hay que aparcar en el primer hueco que se vea junto a la carretera, pues sus calles son tan estrechas que es complicado circular por ellas y mucho más aparcar.

Al pasear por Linares de la Sierra hay que mirar siempre al suelo. Porque es ahí donde está una de sus señas de identidad: el empedrado. En este pueblo todas las calles tienen sus piedras cuidadosamente colocadas. Un buen ejemplo de ello es el de la Plaza de Toros, un espacio abierto que se utiliza durante todo el año y solo se cierra para los festejos.

Pero lo más típico de ese meticuloso empedrado son las alfombras o llanos en las puertas de las casas, algunos del siglo XIX. Se realizan en dos colores, blanco y negro, y se representan motivos florales, geométricos e incluso religioso. En origen esto se hacía para allanar el acceso a las casas, de ahí el nombre de llanos.

Un paseo por este pueblo tiene que pasar por su iglesia y también por sus fuentes y lavaderos. De ellas mana un agua limpia y fresca, perfecta para refrescarse en esos días andaluces en los que el calor aprieta.

La Peña de Arias Montano y Alájar

Siguiendo la ruta en busca de lugares que ver en la Sierra de Aracena, llegamos al mirador más alto las montañas onubenses. Se trata de la Peña de Arias Montano y desde el lugar se tienen bonitas e impresionantes vistas del pueblo de Alájar, a sus pies, y de las montañas.

Pero esta peña es más que un mirador. Allí se encuentra la Ermita de la Reina de los Ángeles, un pequeño templo del siglo XVI que hoy es uno de los lugares de peregrinación más importantes de Andalucía. La pequeña imagen de la virgen a la que está dedicado se encuentra en un pequeño camarín tras el altar. Como homenaje a esta reina, se pueden ver ángeles pintados en las paredes y el techo, así como dos esculturas que cuelgan en la entrada al presbiterio. En la explanada que hay ante la entrada a la ermita se puede ver el campanario, situado muy cerca de un acantilado.

En esta peña que lleva el nombre de Benito Arias Montano, un humanista nacido en la Sierra de Aracena allá por el siglo XVI, hay otros atractivos. Uno de ellos es el llamado mirador superior. Un camino montaña arriba lleva hasta él. Nosotros no lo hicimos por falta del tiempo, pero dicen que las vistas desde arriba son muy bonitas, con las ermita, el campanario y Alájar al fondo.

También son varias las fuentes con agua de manantial las que se pueden ver en la peña. Y para los interesados, decir que en este lugar hay un conjunto de cuevas conocidas como las Cuevas de las Lapas. En ellas se han encontrado restos de la Edad de Bronce y otras, como la Cueva Oscura, son el hogar de decenas de murciélagos. Ésta permanece cerrada con una verja que impide el acceso a su interior.

Almonaster la Real y su mezquita

Uno de los lugares imprescindibles que ver en la Sierra de Aracena es Almonaster la Real. No en vano es uno de los pueblos más bonitos de España, reconocimiento que comparte con otros pueblos de nuestro territorio como Chichón, Trujillo o Tejeda, éste último uno de los lugares que ver en Gran Canaria.

Fue el último de lugares que nosotros visitamos en la Sierra de Aracena y os aseguro que nos encantó. Al igual que en Linares de la Sierra, hay que dejar el coche aparcado en alguna de alguna de las zonas de estacionamiento sobre la propia carretera. Desde allí se puede recorrer caminando toda la localidad. Antes de nada merece la pena pasarse por la Oficina de Turismo, en la Avenida San Martín. Allí os darán un buen plano de Almonaster y toda la información que necesitéis.

Entre los imperdibles de este pueblo está sin duda su Iglesia de San Martín con su Puerta del Perdón, de estilo manuelino. Pero lo mejor que se puede hacer en Almonaster es pasear sin rumbo por calles con suelos de piedra, casas blancas y flores en cada esquina. Y callejeando llegar hasta la Plaza de la Constitución, con la Capilla de la Trinidad, la Casa Palacio de Miguel Tenorio (personaje de influencia en la corte de Isabel II) y el Ayuntamiento.

Es entonces el momento de coger la empinada calle que lleva hasta la colina que domina el pueblo. Allí están los restos de castillo, la plaza de toros y la joya más preciada de Almonaster: la mezquita. Parece ser que ésta se construyó en el primer tercio del siglo X siendo su mirhab uno de los más antiguos de la Península Ibérica.

No hay que dejar de prestar atención a los elementos con los que se construyó esta mezquita: columnas romanas, molduras visigodas y un dintel de época paleocristina. Con el paso del tiempo la mezquita se transformo en iglesia pasando su alminar a ser un campanario. ¿Se puede pedir más historia y más arte reunidos en un solo lugar?

Éste fue nuestro pequeño recorrido en busca de algunos de los lugares que ver en la Sierra de Aracena. Es solo una pequeña muestra de todo lo que allí espera a quienes se animen a visitar este rincón poco conocido de nuestra geografía.