Al visitar la Catedral de Narbona me he encontrado con un templo cuya estructura tiene poco de convencional. Ya en la región francesa de Occitania me sorprendió la catedral tolosana, uno de los lugares que ver en Toulouse. Me pareció también un edificio singular por su arquitectura aunque por razones diferentes a la inacabada catedral de la que aquí os voy a hablar y que es uno de los lugares de interés que ver en Narbona.
La construcción de la Catedral de Narbona comenzó en 1272. El objetivo era levantar un templo al estilo de otros ya construidos en Francia. La Catedral comenzó a edificarse por el ábside, el lugar más sagrado. Eso daba la posibilidad de decir misa allí mientras seguían las obras. Fueron pasando los años y en 1345, con el estallido de la guerra de los Cien Años, la obras se paran. Por entonces los muros de la Catedral habían alcanzado la muralla de la ciudad y los cónsules de Narbona decidieron que no era momento para derribar esos muros que les protegían. La guerra terminó pero llegó la peste y las arcas de la ciudad no podían permitirse gastar el dinero en continuar el edificio.
En el siglo XVIII se retomaron las obras. Se levantaron los muros y las capillas del crucero pero nunca llegaron a cubrirse, por lo que la Catedral de Narbona acaba donde termina el coro. Visitar el interior resulta por tanto un poco extraño. Se accede por una capilla de la girola. El lugar que podría haber tenido el típico rosetón gótico lo ocupa un gran órgano del siglo XVIII. Y falta la zona en la que tradicionalmente deberían estar los bancos para los feligreses. Por ello hoy en día, los que acuden a misa se sientan en los bancos del coro. Este coro cuenta con 131 sillas. Testimonio de la importancia que tuvo el Cabildo de Narbona. Algo que duró hasta la Revolución, cuando se suprime el arzobispado de Narbona y se traslada el obispado a Carcassone.
La Catedral de Narbona está dedicada a dos santos y mártires de Alcalá de Henares: Justo y Pastor. Hoy está reconocida como uno los monumentos góticos más destacados de Francia. Acabada o no, nadie puede negar la belleza de este templo ojival, el cuarto más alto de Francia. Sus vidrieras son casi todas originales. En las que hay sobre el altar se pueden ver las figuras de los santos que dan nombre al templo, las de San Pedro y San Pablo e incluso a Santiago Apostol. En el resto de las bonitas vidrieras aparecen escenas de la Biblia. Hay que recordar que en la Edad Media el pueblo no sabía leer y la decoración de las iglesias era una forma de trasmitir las Sagradas Escrituras.
De entre las 14 capillas que rodean las tres naves de la Catedral, la que se encuentra justo en el ábside es la que más llamó mi atención. Es la Capilla de Nuestra Señora de Belén. En ella se encuentra un retablo esculpido en piedra que aún presenta restos de los colores con los que estaba decorado. Tiene tallados más de 200 personajes en tres niveles. En el superior escenas de la vida de Cristo. Y en los dos inferiores los lugares a los que van las almas tras la muerte: limbo, purgatorio, infierno y paraíso. De éste último queda poco, y ha sido sustituido por una imagen de la Virgen con el Niño. Se trata sin duda de un pequeño tesoro que ver en Narbona.
El claustro de la Catedral, actualmente en obras, tiene acceso desde el Passage de l’Ancre. Pero también se puede entrar en él desde la capilla de la pila bautismal. Este claustro se levantó en el lugar que ocupaba la antigua catedral prerrománica. Sus galerías tienen bóvedas ojivales y arcos apuntados sobre los que llaman la atención las gárgolas.
No hay que dejar de visitar en la Catedral de Narbona la Sala del Tesoro. Se llega a ella por una escalera de caracol que parte de la Capilla de San Miguel. La sala conocida como Cabildo es famosa por sus propiedades acústicas. Si una persona se pone en una esquina y le habla a la pared, se le escuchará perfectamente desde la esquina contraria. En cuanto al tesoro, catalogado entre los diez más ricos de Francia, lo forman distintos objetos litúrgicos, manuscritos y un fabuloso tapiz flamenco que relata la creación del hombre.
Para apreciar el exterior de la Catedral de Narbona merece la pena subir a la Torre Gilles-Aycelin del Palacio de los Arzobispos. Desde él se consigue la mejor vista de la Catedral. Otros lugares para contemplar este imponente templo son el Jardín de los Arzobispos, la Rue Armand Gauthier (en esta calle está la entrada a la catedral) y la Place Roger Salengro.
Visitar la Catedral de Narbona
El acceso a la catedral y al claustro es gratuito. Solamente se paga entrada para acceder al Tesoro. Si se tiene el Pass Monumentale Narbonne estaría incluido. Este pase turístico también es válido en la Torre Gilles-Aycelin. Si vais a viajar a Narbona valorad si os interesa adquirirlo.
Horario de la Catedral:
- Abierta todo el año de 9:00 a 12:00 y de 14:00 a 18:00 horas.
Horario del Tesoro:
- Abierto de 10:00 a 11:45 y de 14:00 a 17:45 horas. Cierra los domingos por la mañana.
14 comentarios
Hola Cris!
Sí que llama la atención por estar inacabada. Es sin duda una visita imprescindible en Narbona, combinada como dices con la subida a la Torre Gilles para poder ver su exterior.
Para mí Narbona fue toda una grata sorpresa y no me importaría nada volver 🙂
¡Abrazo!
¿Volvemos juntas? 🙂
¡Me encantó la catedral de Narbonna! Como dice Maruxaina es un imprescindible de la ciudad y la vista desde la torre es preciosa, se puede apreciar toda su magnitud. Yo como estoy obsesionada con la historia de los cátaros me gustó saber un poco más y que desde el Arzobispado se llevó a cabo la persecución a los que había en Carcasonne ciudad vecina y cátara, ¡ganas de volver a Occitania!
Un abrazo
Mucha persecución ¡pero al final el obispado se fue a Carcasonne! Un abrazo.
Ya no me acordaba de lo bonita que era esta catedral. Lo mío con Narbonna es un amor-odio, creo que tengo que darle una segunda oportunidad, solo por ver de nuevo la catedral. No sabía que desde la Torre Gilles se puede ver estas magníficas vistas de la catedral. Tomo nota.
Totalmente de acuerdo Belén. Tienes que regresar porque segundas oportunidades, a veces, son geniales.
Me ha gustado mucho esta catedral. No la conocía y lo de estar inacabada le da un toque especial. El retablo de piedra, aún con la policromía dañada, es realmente bonito.
Tomo nota para un futuro viaje. Gracias, tocaya.
Cuando la visité solo pensaba si estando sin acabar es así de magnífica ¿cómo hubiera sido si hubieran tirado aquella muralla y finalizado el proyecto? 🙂
¡Hola Kris!
No puedo creer que la catedral de Narbona esté inacabada! Y más, que se comenzara a construir en el siglo XIII y aún, por unas razones u otras, no haya sido terminada.
Imagino que esto es parte de su encanto y, de verla acabada, parecería hasta rara, como la Sagrada Familia…
Me ha llamado bastante la atención ver el órgano en el lugar del rosetón!! Tiene que ser curioso visitarla por dentro, como dices, y si encima es gratis, mejor que mejor!
Un beso!
Cuando entras, aunque no lo sepas, enseguida notas que falta algo. Es como que de repente hay una pared donde la nave central debería continuar. Es casi más alta que ancha esta catedral…. 🙂
Me encantó visitar esta catedral, aunque por dentro sorprende esa disposición de los elementos tan inusual, por fuera es bellísima.
También me encantaron las vistas desde la Torre del Palacio de los Arzobispos.
Desde luego, no puedes irte de Narbona sin visitar su catedral.
Un abrazo.
Es un lugar bello y sorprendente. El interior te deja descolocado desde el momento en el que entras por una capilla. Pero sin duda es una visita imprescindible en esta ciudad francesa.
En Málaga también tenemos la catedral inacabada (la “Manquita) y bien orgullosos que estamos de ella, porque es parte de su encanto verla con una sola torre. 😉 Así pues, cuando vayamos a Narbona, la catedral será una visita obligada. 😊
Saludos.
Podéis hermanar las dos catedrales, ¿qué os parece? 🙂